Estudió Ingeniería Civil y, durante dos años, se dedicó a la geotecnia, pero hoy recorre el mundo para enseñarnos algo que nada tiene que ver con los pozos y las minas pero que, en su caso, resulta igual de profundo e insondable: la creación musical. Gracias al soporte inteligente de una extensa gama de sintetizadores, samplers, y otros artilugios, Lucrecia Dalt consigue forjar comunicaciones sonoras de inmensa condensación emocional y una compleja arquitectura sónica que le ha otorgado una de las más prestigiosas relevancias internacionales, tanto es así, que el álbum que ha publicado este año, titulado 'Ay', se está colando en todas las listas más importantes de lo mejor del 2022, ya sea en prensa especializada o no, de habla hispana o no. Porque si algo tiene la música de la colombiana, que podría emparentarse con otros nuevos nombres revolucionarios para la música en español -como Arca, Helado Negro o la mismísima Rosalía-, es poder conectar con un amplio espectro de oyentes alrededor del mundo, gracias a temas como 'El Galatzó', 'No tiempo' o 'Contenida', todos ellos incluidos en esta nueva referencia, que se antoja ya clásica para los nuevos caminos por los que está transitando la canción electrónica de autor, con un pie en el pasado (el bolero, la cumbia...) y otro en el futuro.