¡Sube la radio a tope porque la alquimia musical de Robyn está a punto de reactivarse! La hechicera nórdica de la electrónica, ese faro de emociones crudas y beats contagiosos, ha anunciado con la elegancia y misterio que la caracterizan que su nuevo single, ‘Dopamine’, verá la luz este próximo miércoles 12 de noviembre. Pero, ¿cómo llegamos a este tan esperado momento? La estrategia ha sido un ejercicio perfecto de la inteligencia emocional y la conexión digital que Robyn domina como pocas.
Este domingo, la sueca, siempre maestra de la anticipación, prometió una “sorpresa” para la semana que comenzaba, activando inmediatamente la febril especulación de su devoto ejército de fans. No contenta con un simple anuncio, abrió un registro para contenido exclusivo, un movimiento que transforma el lanzamiento de una canción en un ritual colectivo. Al introducir su número de teléfono, los afortunados inscritos recibieron un SMS con una frase que ya resuena como un hechizo: ‘I’m tripping with your chemistry’. Este mensaje, una confesión cifrada y íntima, no es solo un adelanto; es una pieza del puzle conceptual que apunta directamente al título ‘Dopamine’. La dopamina, ese neurotransmisor del placer y la recompensa, es el marco perfecto para la música de Robyn, que siempre ha explorado la delgada línea entre el éxtasis y la ansiedad, entre la conexión visceral y la química interpersonal.
Dado el título y este avance lírico, todo indica que ‘Dopamine’ podría ser el regreso más contundente de Robyn a la pista de baile en quince años, remontándose a la era seminal de ‘Body Talk’ (2010). Aquel tríptico de EP y álbum no solo nos dio himnos atemporales como ‘Dancing On My Own’ y ‘Call Your Girlfriend’, sino que redefinió la música pop electrónica, infundiéndola con una vulnerabilidad descarnada y una fuerza resiliente. Si ‘Honey’ (2018) fue un viaje introspectivo y táctil hacia la curación, un bálsamo de ritmos fluidos y atmosféricos, ‘Dopamine’ promete ser la descarga eléctrica, el subidón eufórico que sigue a la catarsis. Habrá que esperar con los cinco sentidos en alerta para escucharlo y descubrir la propuesta sonora de esta nueva era.
Este anuncio no surge de la nada. A finales de septiembre, el rumor se encendió con las declaraciones del productor Klas Åhlund, colaborador de larga data y arquitecto clave de su sonido, quien afirmó que el nuevo disco de Robyn estaba “terminado”. Estas palabras, como un susurro en la oscuridad, confirmaron lo que muchos esperaban: que la artista ha estado trabajando en la sombra, pulviendo lo que será su próximo gran statement artístico.
‘Dopamine’ se erige así, presumiblemente, como el primer y potentísimo adelanto del próximo álbum de Robyn, el primero en ocho largos años. Este periodo no ha sido, ni mucho menos, un vacío creativo. Es el tiempo que ha transcurrido desde el lanzamiento de ‘Honey’, un disco que nació de un duelo personal y se convirtió en un faro para muchos. Desde entonces, la vida de Robyn ha seguido su curso: ha vivido la transformadora experiencia de ser madre, un hecho que sin duda influye en su perspectiva y en su arte. Paralelamente, ha mantenido su presencia en el panorama musical con colaboraciones estratégicas y brillantes: unió fuerzas con la hiperactiva vanguardista Charli XCX en el electrizante remix de ‘360’, y se alió con el genio sónico de Jamie xx en la hipnótica ‘Life’. Su versatilidad y prestigio le han permitido actuar en escenarios tan emblemáticos como el 50 aniversario del Saturday Night Live junto al legendario David Byrne, y compartir cartel con la sensible cantautora Gracie Abrams en el Lollapalooza, demostrando que su influencia trasciende géneros y generaciones. Ahora, con ‘Dopamine’, Robyn no solo regresa; se reconecta con la corriente principal de nuestra química cerebral, prometiendo una descarga de pura felicidad sonora.